La
comarca norte de la provincia
de Granada está constituida
por los términos municipales
de Huéscar, Puebla
de Don Fadrique, Castril,
Galera, Orce y Castilléjar,
quedando a más de 140
kilómetros de la capital
de la provincia. Limita al
oeste con la provincia de
Jaén , al norte con
Albacete, al noroeste con
la de Murcia, al este con
la de Almería y al
sur con las tierras de Baza
y su comarca.
Esta zona está
definida geográficamente
por la existencia al noroeste
de unas importantes estructuras
orográficas pertenecientes
a las Cordilleras Subbéticas,
mientras que al sureste
domina la depresión
del surco infrabético.
No son sierras constituidas
homogéneamente, sino
más bien elevaciones
individualizadas y carentes
de orden. Así, algunas
montañas aparecen como
auténticos colosos
con una impresionante potencia
visual, destacando entre todas
ellas, La Sagra, cuya
figura aislada le confiere
una sublime presencia que
domina prácticamente
toda la comarca, erigiéndose,
de esta manera, en el símbolo
definidor de todos estos parajes.
Sus 2.384 metros la
sitúan como el pico
más elevado de todas
las Subbéticas,
impresionando su imagen imponente
sobre los valles adyacentes.
Las condiciones
topográficas hacen
de esta parte de la provincia
granadina una zona con predominio
de clima continental. La razón
de las bajas temperaturas
está, sin duda, en
la altura de estas mesetas
que superan normalmente los
1.000 m. lo que hace padecer
a esta depresión una
duras inclemencias ambientales.
Sin embargo, en las zonas
elevadas, aparte, por supuesto,
del lógico descenso
de los valores termométricos
medios, se aprecia el aumento
de las lluvias, siendo el
caso extremo La Sagra con
más de 1.500 mm. anuales
de precipitación. Surgen
así, dos tipos opuestos
de paisaje en muy pocos kilómetros,
ya que al extenso y seco
panorama de las tierras bajas
se oponen los frondosos
bosques de pinos y encinas
de los lugares montañosos.
Estas características
físicas imponen el
desarrollo humano de la comarca.
En las altiplanicies se cultivan
sobre todo cereales de secano
en explotaciones de considerable
magnitud que ocupan tres cuartas
partes de la superficie. Cerca
de las poblaciones se encuentran,
aunque no son muy abundantes,
los terrenos de regadío.
A ello hay que sumar también
la presencia de almendros
y olivos. Todo ello define
la actividad prioritaria de
estas tierras, en la que así
mismo tienen una destacada
participación la ganadería,
sobre todo la ovina, y la
comercialización de
los recursos forestales.
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