(Punteado
en Rosa en
el plano)
Este
circuito se
inicia en
la Plaza Nueva,
que alberga,
entre otros
edificios
principales,
el Ayuntamiento
y el Palacio
de los Belmonte-Segura,
de finales
del siglo
XVIII. Esta
plaza es el
centro de
gravedad de
Orce, alrededor
de la cual
orbitan en
semicírculo
los barrios
del centro,
de casas edificadas.
Rodeándolos,
y a mayor
altura, se
encuentran
los barrios
de casas-cuevas,
unos singulares
hábitats
excavados
en la roca
que fueron
durante siglos
la vivienda
popular por
excelencia
de la zona,
y que crean
unos paisajes
urbanos de
gran originalidad.
La
primera parte
del recorrido
conduce hasta
la Ermita
de San Antón,
pasando bajo
el castellano
Arco de la
Mimbrera,
y por el callejón
que bordean
el arroyo
del mismo
nombre, donde
tras los muros
de sus huertas
asoman unas
hermosas encinas
centenarias,
muy significativas
en la localidad.
En la explanada
de la ermita
se celebran
cada 16 de
Enero, con
motivo de
las festividades
en honor al
santo patrón,
unos tradicionales
y curiosísimos
bailes, acompañados
por el “Cascaborras”,
emblemático
personaje
del folclore
orcense. Durante
estas fiestas
se sacrificará
el cochinillo
que para tal
fin los vecinos
cuidan durante
el año,
y con el que
el visitante
se puede encontrar
en cualquier
momento deambulando
por las calles,
en completa
libertad.
El
circuito prosigue
en descenso
hasta la rambla
de Rozalay,
bordea el
cerro de San
Marcos, coronado
de casas-cuevas,
y se dirige
posteriormente
hacia el barrio
de San Pedro,
también
preñado
de innumerables
viviendas
troglodíticas.
Tras una larga
subida, se
accede al
punto álgido
donde culmina
la localidad,
el mirador
de Rapamonteras,
desde el cual
se divisa
una hermosísima
vista del
pueblo y de
todo su entorno.
El
recorrido
continúa,
descendiendo
de nuevo a
las cotas
más
bajas, hasta
el arbolado
Paseo de los
Caños,
donde se inicia
la visita
del centro
monumental.
La magnificencia
de muchos
de sus edificios
nos habla
de la importancia
y esplendor
de Orce en
el siglo XVIII,
verdadero
“ siglo
de oro”
de esta localidad.
En su transcurso
se encuentran
la Iglesia
de Santa María,
el Palacio
de los Segura
(sede del
Museo Municipal
de Paleontología),
y el magnífico
Castillo de
las Siete
Torres, herencia
de la época
musulmana.
El
final de este
itinerario
cruza el recoleto
barrio de
la Morería,
que con su
dédalo
de callejones
estrechos
evoca, aún
hoy, todo
su aroma morisco.
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