Son
torres de vigilancia defensiva
del territorio, construidas
en piedra y yeso durante los
siglos en los que esa zona fue
frontera entre los territorios
cristianos de Castilla y los
musulmanes del reino de Ganada.
Están situados en emplazamientos
muy estratégicos, desde
los que se domina el territorio,
y se comunican fácilmente
con otras atalayas. Existen
en la actualidad en este municipio
conservadas tres ellas: La Atalaya
de Teón, la de Fuente
Amarga y la Torre de Ozmín,
siendo estas dos últimas
las mejor conservadas.
Fotos:
Pascal Janin (Altipla Publicidad)
y Jesús Mª García
Rodríguez.