A lo largo de la Edad Media
este núcleo no era
más que un pequeño
caserío que sufría
las envestidas que su situación
fronteriza provocaba y que
se hacía llamar Volteruela
(O Bolteruela), se cree que
por la necesidad de dar la
"vuelta" una vez
que se llagaba hasta él.
Participa, así, de
los distintos vaivenes territoriales
de la orden santiaguista -los
castillos de Mirabet y Vulteirola
estaban en estos lares-, el
poderío musulmán,
las fuerzas castellanas, de
nuevo los musulmanes hasta
su definitiva adscripción
al reino de Granada.
Una vez conquistada al poder
islámico, Volteruela
pasará, como anejo
de Huéscar, por la
dependencia y repoblación
navarra primero hasta consolidarse
la definitiva actuación
en estos sentidos de la Casa
de Alba, mientras que en plano
religioso queda sujeta a la
sede Toledana.
Hasta ese momento Volteruela
constituía un insignificante
caserío repoblado por
navarros, llegando a tomar
un papel importante con la
actuación del II Duque
de Alba, don Fadrique Álvarez
deToledo, quién dará
las condiciones de su definitiva
repoblación y otorgará
en 1525 su propio nombre a
la creciente localidad que
a partir de este momento emprende
un progresivo ascenso en todos
los niveles. Este hecho se
produce a partir de la repulsa
de los habitantes de Huéscar
hacia el noble, por lo que
se refugia en este anejo,
constituyéndose así,
la ya Puebla de Don Fadrique
en un núcleo poblado
por cristianos viejos. Así,
a partir de la segunda década
del siglo se establecen toda
una serie de ordenanzas de
cara a establcer la normativa
del acelerado desrrollo urbanístico:
mejora de caminos, aprovisionamineto
de agua, creación de
una iglesia parroquial...
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