Nuestros
antecesores solían curar
con las hierbas en sus propios
hogares, las dolencias más
variadas. La medicina antigua
no disponía de otros
principios medicinales eficaces
que los que la Naturaleza ofrece
generosamente, a manos llenas.
Hoy, incluso la ciencia moderna
reconoce que aquella confianza
no carecía de fundamento.
Nuevos científicos se
dedican, en los lugares más
remotos de la Tierra, a la busca
de "hierbas salutíferas",
cuyas propiedades examinan atentamente
a la luz de los hallazgos más
perfectos de la técnica
de laboratorio. Si en un tiempo
ciertos remedios populares suscitaban
la sonrisa, ahora se los examina
atentamente, y en muchos casos
se les acepta. En este clima
de renovada confianza hemos
sentido la necesidad de ofrecer
a quien nos visite en esta página,
una serie de artículos
de fácil entendimiento,
acerca de las plantas medicinales
que podemos encontrar en nuestro
entorno natural próximo,
sus propiedades fundamentales,
y la confección de algunas
recetas con ellas que pueden
prepararse con mucha facilidad
y poco gasto.
ABETO
Sumamente
rico en resina. Indicado
para el tratamiento de
afecciones pulmonares.
Con las yemas se preparan
infusiones para combatir
la bronquitis, la tos
convulsiva y la fluxión
de la vejiga. Se obtendrá
una infusión eficaz
de yemas de abeto usando
las siguientes proporciones
: 70-80 grs. de yemas
por cada 500 grs. de agua.
Se produce un jarabe que
se toma en razón
de 100 a 200 grs. diarios.
AJO
La
infusión de dos
o tres bulbos en caldo,
leche o agua azucarada
constituye un excelente
remedio contra las lombrices,
siempre que se tome en
ayunas. Está indicado
en afecciones respiratorias
y del estómago,
ayuda a expeler los gases
estomacales. Machacados
se puede utilizar como
cataplasma en los dolores
reumáticos. Añadiéndole
grasa pueden curar verrugas.
ALBAHACA
Se
aprovecha cuando está
en floración. Es
tónica y estimulante.
La infusión (10
gr.de hojas por cada litro
de agua) actúa
contra el vómito.
En forma de gargarismos
sirve contra las anginas.
Contra la caída
del cabello, la parálisis
y la neurosis se usa el
aceite esencial.
ALMENDRO
Las
almendras dulces son emolientes,
refrescantes y laxantes.
El aceite de almendras
dulces (dosis 30-60 gr.)
es un excelente purgante
para los niños
y un laxante refrescante
para los adultos. ¡Atención!
Las Almendras amargas
contienen ácido
cianhídrico que
es un veneno de los más
energéticos: 70
almendras amargas pueden
causar la muerte a un
adulto, de 10 a 15 pueden
matar a un niño.